En una interesante investigación de la Organización Transparencia Internacional, identificó a los países más corruptos del mundo, en la cual se aprecia casi todos las naciones de África en mayor o menor medida, pero haciendo especial énfasis en Libia, Sudán, Angola, Somalia y Egipto. De la misma manera con las relativas excepciones de Chile, Uruguay y Costa Rica, pero todos los demás países de América Latina están sumergidos en un enorme pantano de corrupción. Y en especial México está colocado en uno de los más corruptos y con mayor impunidad, solo después de Venezuela. Entre los países de la Organización Para La Cooperación Y Desarrollo Económico (OCDE) se mantuvo en el último lugar.
Es plenamente observable que entre más pobre y subdesarrollada es una nación, presenta índices más altos de corrupción, de impunidad, de fanatismos religiosos, de ingobernabilidad, de violencia, de guerrillas, de narcotráfico. Mismos que terminan siendo pueblos con altísima tasa de migración y abandono de miles o quizá de millones de jóvenes que huyen a otros países en la búsqueda de fuentes dignas de trabajo y un ambiente de armonía paz y tranquilidad.
¿Pero quién construye la corrupción?, ¿Es el político, el funcionario público, el presidente? Yo no soy abogado de nadie, pero recordemos que los gobiernos no son más que el vivo reflejo de una sociedad. Me pregunto entonces ¿Qué sociedad es honesta y tiene un gobierno corrupto? O bien, ¿Qué sociedad corrupta tiene un gobierno honesto?
Obsérvese con atención que en nuestro país ha sido gobernado muchos años por un partido de Centro, posteriormente por un partido de Derecha, ahora nos gobierna un partido de Izquierda. Y pareciera que hoy la corrupción está igual o quizá empeorando cada día. Basta con leer las noticias en los medios de comunicación: sobornos, concursos sin licitación, tergiversaciones de informaciones, nexos con grupos criminales, desfalcos, opacidad presupuestal, nepotismo, falta de transparencia y muchas irregularidades más.
Entonces podemos concluir que nuestra corrupción no necesariamente emana de la orientación ideológica de los Partidos Políticos de Derecha, Centro o Izquierda, sino de un MODELO CULTURAL que como mexicanos hemos acuñado en nuestro sistema social y de gobierno.
Soy un convencido de que el secreto para mejorar nuestro país, está cimentado en disciplinar desde el hogar, esto reforzado por un reestructurado sistema educativo académico. ¿Pero tú qué piensas?
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